En verdad el espíritu que te llena es el espíritu de Dios. El espíritu que te guía es el espíritu que te guarda. Y el espíritu que te guarda es el espíritu que te equipa.

  • Aprende a estar saciado de Dios.
  • Aplica disciplina a momentos y ocasiones en los que no toca comer.

Destrona tus reyes. Derrota a tu rey estómago.